EL
CEREBRO
El cerebro
humano es el órgano central del sistema nervioso, localizado en la cabeza
del ser humano y protegido por el cráneo.
Gran
parte de las funciones fisiológicas del cerebro implica recibir información del
resto del cuerpo, interpretarla y guiar la respuesta del cuerpo. Es el último
responsable del pensamiento y movimiento que el cuerpo produce.
Los
tipos de estímulos que el cerebro interpreta incluyen sonidos, luz, olores y
dolor.
El
cerebro también interviene en operaciones vitales como respirar, liberar
hormonas o mantener el nivel de presión arterial.
Permite
a los humanos interaccionar exitosamente con el medio al comunicarse con otros
e interactuando con objetos inanimados.
El
cerebro está compuesto de células nerviosas que interactúan con el resto del
cuerpo a través de la médula espinal y
el sistema nervioso.
Además,
en el cerebro se encuentran varios compuestos químicos que ayudan al cerebro a
mantener su homeostasis.
Mantener
las células nerviosas funcionando correctamente y los químicos equilibrados es esencial
para la salud cerebral.
LÓBULOS CEREBRALES
LÓBULO
FRONTAL
En
los humanos, es el más grande de los lóbulos del cerebro. Se caracteriza por su
papel en el procesamiento de funciones cognitivas de alto nivel tales como la
planificación coordinación, ejecución y control de la conducta. Por extensión,
también hace posible el establecimiento de metas, la previsión, la articulación
del lenguaje y la regulación de las emociones. Además, del lóbulo frontal nace
la capacidad para tener en cuenta a los demás y establecer teoría de la mente.
En
definitiva, es uno de los lóbulos cerebrales con un papel más destacado en las
funciones que relacionaríamos de un modo más directo con la inteligencia, la
planificación y la coordinación de secuencias de movimientos voluntarios
complejos. Esta parte de la corteza es propia de animales vertebrados y es
especialmente grande en los mamíferos y las aves, ya que estos grupos
evolutivos contienen las especies más inteligentes del planeta.
LÓBULO
PARIETAL
Se
encuentra entre los lóbulos frontal y occipital (de color amarillo en la
imagen). Se encarga principalmente de procesar información sensorial que llega
de todas las partes del cuerpo, como el tacto, la sensación de temperatura, el
dolor y la presión, y es capaz de relacionar esta información con el
reconocimiento de números. También hace posible el control de los movimientos
gracias a su cercanía a los centros de planificación del lóbulo frontal.
Además,
recibe información visual proveniente del lóbulo occipital y trabaja creando
asociaciones entre este tipo de datos y otros inputs provenientes de otras
áreas.
LÓBULO
OCCIPITAL
En
los seres humanos, es el menor de los cuatro principales lóbulos del cerebro y
se encuentra en la zona posterior del cráneo, cerca de la nuca (aparece pintado
de rojo en la ilustración). Es la primera zona de la neocorteza a la que llega
la información visual. Por lo tanto, tiene un papel crucial en el
reconocimiento de objetos cuya luz es proyectada sobre la retina, aunque por sí
misma no tiene la capacidad para crear imágenes coherentes.
El
lóbulo occipital manda información sobre la visión hacia otros lóbulos
cerebrales a través de dos canales de comunicación diferentes.
El
primero de ellos, que va hacia la zona frontal del cerebro a través de la zona
ventral (es decir, la más alejada de la zona superior de la cabeza), procesa
información sobre el "qué" de lo que se ve, es decir, el contenido de
la visión.
El
segundo canal, que va hacia la parte frontal a través de la zona dorsal
(cercana a la coronilla), procesa el "cómo" y el "dónde" de
lo que se ve, es decir, aspectos del movimiento y la localización en un
contexto más amplio.
LÓBULO
TEMPORAL
Los
lóbulos temporales de cada hemisferio se encuentran a los laterales del
cerebro, dispuestos horizontalmente y pegados a las sienes (uno de ellos
aparece marcado en verde en la imagen). Reciben información de muchas otras
áreas y lóbulos del cerebro y sus funciones tienen que ver con la memoria y el
reconocimiento de patrones en los datos provenientes de los sentidos. Por lo
tanto, juega un papel en el reconocimiento de rostros y voces, pero también en
el recuerdo de palabras.
ÍNSULA
La
ínsula es una parte de la corteza que queda oculta entre el resto de lóbulos
del cerebro y para verla, es necesario apartar entre sí los lóbulos temporal y
parietal. Es por eso que frecuentemente no es tenida en cuenta como un lóbulo
más.
Está
pegada a estructuras encargadas de hacer posible la aparición de emociones y
probablemente se encarga de mediar entre estas y los procesos cognitivos que se
realizan en el resto de lóbulos del cerebro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario